miércoles, 27 de agosto de 2008

El Test Musical

1. ¿Qué es para ti la música?: El mar de fondo de mi vida.

2. Tu canción favorita: "Sanitarium (Welcome Home)" de Metallica.

3. Una canción que no soportes: Cualquier canción del verano española. Sin excepciones.

4. Un solista / cantautor: Andrew Bird o Cat Stevens

5. Una canción suya: Del primero "Imitosis", del segundo "But I might die tonight".

6. El peor solista / cantautor: algún hortera estilo Rick Astley.

7.Un grupo: Ahora mismo, The Arcade Fire.

8. Una canción de ese grupo: "Neighborhood #1. Tunnels"

9. El peor grupo:Hay demasiados grupos malos...Spice Girls, Estopa, los Caños, Maroon 5, etcétera...

10. Un compositor: Prokofiev y en general todos los clásicos rusos.

11. Un artista español (o hispano): Kiko Veneno.

12. Un grupo español (o hispano): Los Delinqüentes.

13. La mejor canción lenta: "Crow in the cradle" de Graham Nash

14. La mejor canción Pop: "Aischa" de Khaled, por poner una.

15. La mejor canción del rock: "Neon knights" de Black Sabbath o "Gates of Babylon", de Rainbow.

17. La mejor canción dance/electro/nuevas tendencias: "So tell the girls that I'am back in town" de Jay Jay Johansson.

18. La mejor canción instrumental: "Jordrok" de Anglagard u "Call of Ktulu" de Metallica.

19. Una canción divertida:"Bohemian Rhapsody" de Queen.

20. Una canción que no puedes evitar bailar:"I don't feel like dancin' " de Scissor Sisters

21. Una canción para conducir: Cualquiera de Johnny Cash o Golden Earring.

22. Una canción que te proporciona un bajón anímico: "Hallelujah" interpretada por Jeff Buckley.
23. Una canción que puede alegrarte el día (o la noche): "Breaking the law" de Judas Priest o cualquiera de las marchosas de la banda sonora de "Lagaan".

24.Una versión que te guste más que la canción original: "Hey Joe" de Willy DeVille sobre original de Jimi Hendrix.

25. Una pieza clásica: "La muerte y la doncella" de Schubert.

26. Las mejores letras: Cat Stevens, Radio Futura, Leonard Cohen.

27. Las mejores melodías: The Beatles, sin duda.

28. La mejor voz masculina: Antony Hegarty o Bonnie Prince Billy.

29. La mejor voz femenina: Ahora mismo, Marissa Nadler.

30. La peor voz masculina: El Koala, por ejemplo.

31. La peor voz femenina: la de Dover, por ejemplo.

34. Canción de los '90 por excelencia: "Losing my religion" de REM.

35. Radio 3, los 40, cadena 100 o cadena Dial?: No escucho la radio desde hace años, supongo que si nos remitimos a lo último que escuché escogería los 40 por el programa de metal de Mariano García.

36. El mejor Unplugged: no conozco, no suelo escucharlos.

37. El disco perfecto: "A night at the opera" de Queen.

38. El peor disco que has escuchado: ufff, he escuchado varios "peores", mismamente alguno de Ska-P.

39. Tu mayor desengaño: No suelo tener grandes expectativas depositadas en ningún artista, me decepcionó un poco que los Apocalyptica metiesen batería en la formación o que Falconer cambiasen de cantante, pero lo tengo superado ya XDDDD.

40. Tu instrumento favorito: Ninguno de particular, depende del uso que se le dé al "instrumento"

41. El mejor "solo": John Coltrane con el saxo, pero no recuerdo el tema, sale en el "Blue Train".

42. Una estrofa / frase:

And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more.
People talking without speaking,
People hearing without listening,
People writing songs that voices never share

And no one deared
Disturb the sound of silence.


43. Un estribillo: El de "No cars go" de The Arcade Fire

44. El último CD que te has comprado: "Serenada schizophrana" de Danny Elfman.

45. El último CD que te has copiado: "Hexerei im Zweilicht der Finsternis" de Aghast, un disco de invocaciones wiccan alucinante. No pude conseguirlo en formato cd, de modo que tuve que bajármelo.

46. Tu primer disco: No recuerdo muy bien...el primero que recuerdo era uno de los Viajes de Gulliver.

47. El mejor concierto: The Arcade Fire en el Summercase del 2007. Irrepetibles.

48. ¿De quién tienes más discos / CDs /? ¿Cuántos?: De Cat Stevens, pero no soy muy de coleccionar discos, tendré unos siete u ocho de este señor.

49. El último gran descubrimiento que has hecho: Alela Diane, una cantante americana con una voz de ponerte los pelos de punta.

50. Qué artista te gustaría ser? Ninguno. Me gusta ser yo, aunque no sea artista.

51. Qué escuchas ahora mismo?: Ruiditos de oficina y trocitos de conversaciones increíblemente tontas.

52. Canción del día: "Birima" de Youssou D'Nour

53. Un disco que te quieras comprar: "Icky Thump" de The White Stripes.

54. Un disco que nunca escucharías: Imagino que un montón, por poner uno, cualquiera de La Oreja de Van Gogh.

55. Portada de album preferida: "Mellon Collie and the Infinite Sadness" de Smashing Pumpkins.
56. Portada de album monumento al mal gusto: Puff, hay millones. No hay más que pasarse por cualquier gasolinera.

57. Album que te compraste por una cancion y que te encantó: "God shuffled his feet" de Crash Test Dumnies.

58. Album que te compraste por una cancion y te decepcionó: "Tragic Kingdom" de No Doubt.

59. Album que compraste hace años y te avergüenzas de tener en la colección: Una recopilación horrible de canciones de power metal chillón.

60. Mejor videoclip: a nivel artístico, cualquiera de Tool o de Björk.

61. Peor videoclip: Cualquiera de Marta Sánchez.

62. Artista más atractivo y más atractiva: de los chicos, el cantante de Sugar Ray en los 90. De las chicas, Chan Marshall de Cat Power.

63. Una canción con la que te identifiques: "I am a rock" de Simon & Garfunkel. Parece que la letra habla de mí. Sobre todo esa parte que dice "I have my books/and my poetry to protect me".

64. Numero de discos,cds, cintas (aproximado, no hace falta que los cuentes)300 o así: Dejé de comprar discos a mansalva hace bastante tiempo (curiosamente coincidió con la llegada del Napster)

65. Qué harías sin música?: Pues seguiría viva igual pero la echaría muchísimo de menos, siempre que me he trasladado a algún sitio, lo primero que me llevaba conmigo eran mis tres libros preferidos y mi radio/walkman/minicadena/loquefuera. No concibo la vida sin música.

Crónica del Summercase 07 (el mejor), segunda parte.

A mitad de actuación de la pesada de la Harvey, nos fuimos desplazando como quien no quiere la cosa hasta el escenario donde tocarían The Flaming Lips, de cuyo espectáculo habíamos escuchado maravillas. Fuera lo que fuera aquello, lo iríamos a ver en primera fila así nos aplastasen las hordas de indies enfervorecidos y de este modo nos dejamos caer junto a la valla de seguridad con nuestra mejor cara de lipotímicos a ver si nos daban botellas de agua gratis (y así fue). El concierto se abrió con una banda de gente disfrazados de Papá Nöel y enarbolando sin ton ni son unos focos con los que consiguieron dejar medio ciego al respetable. En estas que salió el cantante de la banda, un hiperactivo madurito que recibió la aclamación popular tras caminar por encima del público metido en una burbuja de plástico. Mientras, los Papás Nöel del escenario seguían mareando con los focos y un grupo de duendecillas coregrafiaban lo que parecía ser un baile, mientras técnicos de sonido disfrazados de superhéroes deambulaban por el lugar haciendo esa clase de cosas incomprensibles que suelen hacer los técnicos de sonido. Musicalmente, los Labios Flameantes (¿o flamantes?) resultaban bastante inocuos, además de raros y pelín aburridos, pero el espectáculo, enriquecido por lluvias de balones y confeti fue divertido y tuvo su momento más álgido en la interpretación de “The yeah yeah yeah song”, quizás su tema más conocido. Los Arcade Fire haciendo babear a la concurrencia (a mí también) Repetimos estrategia y nos fuimos antes del final para coger sitio y ver a Arcade Fire, sin duda el auténtico plato fuerte del día. Por desgracia, no hubo manera de acercarse ni a la décima fila, porque ya había un montón de gente, así que hubo que conformarse en verlo todo desde un ángulo cuanto menos incómodo y menos mal que se pudo deducir lo que ocurría en el escenario gracias a las pantallas de los laterales (aunque para eso también te compras un dvd y tan contento). La peculiar banda canadiense entró en el repertorio sin preámbulos; no hacían falta adornos para un grupo cuyas canciones son su mejor carta de presentación. El escenario era sobrio y oscuro; las únicas notas de color eran las biblias de neón -en referencia al título de su segundo álbum, "Neon Bible" - que adornaban varios puntos del escenario, la presencia imponente de un órgano de iglesia y unas pantallas con números que luego proyectarían lo que parecían ser películas antiguas. Para quien no conozca a Arcade Fire, sólo decir que, recibir el pase para entrar a su mundo sombrío y luminoso, desgarrado y lírico es lo más parecido a una orgía religiosa que se puede vivir sin cometer pecado mortal. Su primer disco, “Funeral” sacudió a una generación que no veía nacer una gran banda desde ni se sabe cuándo, gracias a una colección de canciones que derivan entre lo solemne y lo bailable y un sello personal que no referencia a ninguna otra banda de la actualidad. La noche del sábado en Boadilla nos dieron ocasión de brincar con “No cars go” o “Power Out” y emocionarnos con la bellísima "Tunnels", “Neon bible”, “Intervention”, “Ocean of Noise” (a título personal, eché de menos la intensa “My body is a cage”), etc...Asombroso que, con sólo dos discos, a esta banda le sobren las canciones memorables. El grupo mostró una energía y una pasión envidiables y fue, de lejos, el mejor concierto de la jornada. Sin demasiadas sorpresas se desarrolló la actuación de Bloc Party, un grupo inglés en la estela de gente como Franz Ferdinand y cuyo pop energético no resultó más trascendente que meterse un Red Bull entre pecho y espalda. A las 3:30 de la mañana, hora en la que iniciaron su show los Scissor Sisters, los asistentes al Summercase empezábamos a parecernos a los protagonistas de “La tierra de los muertos vivientes”: pálidos, polvorientos, ojerosos y sobre todo muy hambrientos. Las últimas viandas desaparecieron durante la mudanza desde la carpa de chill out hasta el escenario. Lo cierto es que aunque las hermanas tijeras ofrecían una de las propuestas más bailables del festival, a esas horas la sombra del agotamiento extremo planeaba sobre el festival y sólo los muy avezados o muy drogados se hallaban en un estado más o menos competente para seguir con la marcha. Sobre el escenario, Jake Shears aparecía con un modelo decepcionantemente discreto: un traje de chaqueta burdeos con brillos, bastante suave comparado con el traje de lamé plateado de Ana Matronic, la pelirroja cantante de la bandada. Sin embargo, desbordaron encanto, ganas de juerga y divertidas y absurdas declaraciones en español (¡¡Esta canción es para las vaginas grandes!!). Lástima que todavía le falten hits suficientes para sostener una hora y media de concierto y que la primera parte del mismo resultara un tanto aburrida, por lo menos hasta que empezaron con “Take your mama out”, su primer single. El momento álgido llegó, como era de esperar, con una de las mejores canciones bailables de los últimos años “I don’t feel like dancin’”, que convirtió el recinto en una auténtica discoteca. Tras la apoteosis del falsete, se despidieron contando con las simpatías de un público exhausto. Mientras abandonábamos el recinto podíamos escuchar a lo lejos los ritmos machachones que facturaban 2manydj’s (con lo que amortizamos 1,6 € de la entrada). El pim-pam-pum y las remezclas de temas de éxito nos acompañaron, cual apocalíptica banda sonora a la salida.

Crónica del Summercase 07 (el mejor)

La palabra “festival” provoca en mí una catarata de incontrolables sudores fríos, deseos de suicidio y furor asesino, especialmente desde el año 2005 en el que tuve la desgracia de concurrir al tristemente célebre Festimad, sí, aquel que se celebró en un vertedero cubierto de tierra y en el que System of a Down empezó a tocar con varias horas de retraso. Además, después de muchos años de peregrinar, cual musulmán a la Meca, a todos los festivales de metal acaecidos en la península –desde el desaparecido Rock Machina hasta el Viña Rock pasando por cosas tan exóticas como el Alhaurín Rock Festival- , estaba hasta las narices de camping, costrosos, borrachos, empujones, agobio, polvaredas y repugnantes módulos de aseo. Después del fiasco del Festimad me juré a mí misma no volver a pisar nunca jamás ninguno de estos diabólicos eventos, promesa que conseguí mantener hasta que vi el cartel del Summercase del año pasado. Y es que la cosa pintaba bastante bien. Había una ecuación de [Popas (poperos pacíficos) + Arcade Fire – camping] que daba como resultado un acontecimiento presumiblemente molón. Además, para evitar el efecto saturación tan propio de estas cosas, sólo compré entrada para el sábado 14 (salvando a The Gossip no había nada que me interesase el viernes). Nos peinamos el flequillo y nos pusimos nuestras camisetas de Superman y Transformers para camuflarnos entre los gafapastas y allá fuimos en fila indie, con la mochila cargada de bocadillos, botellas de Aquarius y chocolatines para no morirnos de hambre a las tres de la mañana como suele pasar. Interceptamos de milagro la actuación de unos tales The Hidden Cameras que no estaban nada mal y que parecían una extraña mezcla entre los franceses Louise Attaque con la voz de Michael Stipe. No es que viéramos mucho del concierto porque ya nos estábamos comiendo los bocadillos (los de las tres de la mañana) en un merendero habilitado para la ocasión. Mientras, podíamos disfrutar de la idílica visión de las manadas de Popas con peinados casco que iban y venían a su antojo por las instalaciones, completamente integrados con el hábitat.
Aunque nos hubiésemos dormido una siestica, había que amortizar la entrada, así que tiramos para uno de los escenarios –había tres- para ver a Lily Allen, una jovencísima cantante que fue lanzada por activa y por pasiva hace un par de años en el MySpace. Resultó ser una chica dicharachera, de agradable voz y repertorio que constaba, como suele pasar, de: canción divertida-canción aburrida-canción divertida-canción aburrida y así ad nauseam. La muchacha resultaba simpática, se comunicaba bien con el público y tenía un punto choni que la hacía muy cercana, lo mejor de su concierto, sin duda, la estupenda banda de reggae que llevaba consigo.

La Juani Allen


Durante la última canción nos desplazamos insidiosamente hacia la carpa donde la legendaria P.J.Harvey se disponía a tocar. Por desgracia, un concurrido rebaño de fans fatales ya habían tomado las posiciones para verle hasta la puntilla de la braga a la mítica narizotas, así que no hubo manera de colocarse estratégicamente, lo que al final resultó ser una ventaja, porque la amiga Polly perpetró un aburridísimo show acústico que debió encantar a los muy aficionados pero nos mató a todos los demás. Lo más reseñable del asunto fue el traje (¿de novia? ¿de comunión? ¿de guerra de Secesión?) que llevaba puesto y algún que otro rugido rockero. Lástima de escenario, debajo de una carpa asfixiante que no contribuía a disfrutar del asunto en condiciones.

El de los Flaming Lips tirando bolas

Canción de hielo y fuego - GEORGE R.R. MARTIN

Reconozco que empecé sin mucho interés y con no poca pereza el primer volumen de esta saga de George R.R. Martin denominada "Canción de fuego y hielo". La perspectiva de hipotecar parte mi futuro literario con una hexalogía (¿se dirá así?) en la que cada volumen ofrecía una media de 600 a mil páginas, no me emocionaba particularmente. Además, las personas que me habían recomendado estos libros consideraban la Dragonlance y el espeluznante R.A. Salvatore como sus pilares literarios. Con todos mis respetos a la opinión de cada cual, prefería, no sé, algo más de chicha. De todos modos, coincidió una de aquellas ocasiones en las que tenía unos días libres y ganas de embarcarme en alguna lectura provechosa; en conclusión, que cogí los dos primeros tomos de la saga, que responden a los manowarianos nombres de "Juego de tronos" y "Choque de reyes".
Quiso la casualidad que acabara de leer justo antes la "Historia de Inglaterra", de Maurois (alias Herzog) y que la serie de Martin no es otra cosa que una historia de Inglaterra pasada por el tamiz de la fabulación y de la fantasía. Las crónicas de Westeros, la tierra que sufre desgarrada por conflictos internos entre los tropecientos reyes que quieren hacerse con el Trono de Hierro, es la historia soterrada de la guerra de las Dos Rosas, la invasión normanda, los enfrentamientos entre la Iglesia y la monarquía inglesa, la rebelión de los lobardos, el asesinato de Thomas Beckett, etc...Aderezada, eso sí, con dragones, mazmorras, muertos vivientes, magia negra y unos toquecillos de exotismo provinientes de las andanzas de algunos de los personajes en tierras lejanas (del tipo territorios potencialmente colonizables).
En realidad, la cosa se presenta de la siguiente guisa: cae el rey Robert Baratheon, que mantenía más o menos cohesionado Westeros. A su muerte, cual setas en otoño, surgen un buen montón de pretendientes al trono, que se putearán continuadamente y sin descanso durante todos los libros hasta "Festín de cuervos", que es el último que he leído.
Para complicar la cosa, las casas de noblezuelos de turno se meten en el fregado para colaborar con este u otro pretendiente, según les venga, mientras se forman las inevitables facciones de renegados, fanáticos religiosos y proscritos heroicos. Como es de esperar se suceden las traiciones, ejecuciones, tropelías, huidas, pactos, matrimonios de conveniencia, batallas y batallitas, asedios, caídas en desgracia, ascensos al poder y demás, todo esto salpimentado por mucha descripción de paisaje y sobre todo, una aparentemente interminable enumeración de personajes y estandartes. El libro acaba convirtiéndose en un relato tan extenso y abigarrado como agotador; a ratos resulta apasionante y a ratos te entran ganas de tirarlo por la ventana de puro hartazgo. El autor se asegura la continuidad de la lectura enganchando de vez en cuando un golpe de efecto trepidante e inesperado, como la muerte de un personaje principal o la reaparición de algún otro que ya dabas por finiquitado.La técnica es resultona y por eso no decides quemar el libro después la enésima descripción del paisaje de Invernalia o la reiteración de situaciones y pensamientos de personajes, mucho más evidente en el original en inglés que en la traducción al español.
Como estos libros están de moda y los aficionados al fantástico chochean con todo lo que tenga que ver con la hexalogía en cuestión, ya tenemos juego de mesa, juego de rol, juego de cartas, camisetas, figuritas e incluso monedas. Todo al servicio de una franquicia que, desde su reducto todavía alejado del mainstream, gana seguidores a pulso, gracias a una incuestionable calidad al margen de estrategias comerciales. Recomendado.