martes, 16 de septiembre de 2008

Forastera en tierra extraña

Londres, primer día de autoexilio.
Tengo miedo.
Tengo frío.
Me he olvidado el impermeable.
No sé dónde voy a vivir la próxima semana.
Me he enamorado de alguien del que no puedo enamorarme.
Los supermercados ingleses son una pasada.
A los ingleses parezco gustarles.
Puedo ver un trocito de Támesis desde mi ventana.
Tengo el O2 enfrente de casa.
Los teclados de portátiles son un coñazo.
Mi compañero de piso está enfermo.
Odio los traslados. Los necesito.
Y eso es todo, por el momento.