viernes, 14 de diciembre de 2007

Una historia del futuro

El chico estaba aturdido. Entró en el gran despacho blanco con mucho tiento, como si caminara sobre un suelo quebradizo y sólo ante la indicación del médico, tomó asiento y empezó a relajarse.
El doctor le hizo algunas preguntas rutinarias que no tenían otro objetivo que el de sondear al paciente. En el momento de entrar en materia, el chico volvió a tensarse visiblemente, pero se explicó con suficiente claridad como para que el médico empezase a intuir cuál era su problema.
- ¿Y cuáles son los síntomas que padeces?- preguntó.
- Tengo el estómago revuelto. Y el corazón me late muy rápido.
- ¿Qué tal el apetito?.
- No he sido capaz de probar bocado en todo el día y normalmente me cuesta llevarme algo a la boca.
- ¿Estás más nervioso de lo habitual?
- Sí, pero sólo por las mañanas, cuando veo lo que usted sabe. Por las tardes me siento muy deprimido, sin embargo.
- Entiendo.
El doctor se levantó, se dirigió a un pequeño armario de la sala y sacó un libro de recetas. Rellenó un par de ellas con trazos rápidos y seguros y se las tendió al chico.
- Escucha. Toma estas pastillas tres veces al día, con las comidas, durante seis meses. Te garantizo que los síntomas desaparecerán incluso antes. Afortunadamente eres joven y te recuperarás pronto. Los pacientes adultos pueden desarrollarlo de manera crónica.
El chico le dio las gracias y se marchó con las recetas en la mano. El médico encendió su ordenador portátil y lo activó en modo conversación. Una voz electrónica preguntó: ¿Qué tal has pasado el día?.
- Este es el último paciente de la tarde. Le he recetado Cordisán: en unos meses estará como nuevo.
El ordenador empezó a buscar en su disco duro una réplica adecuada.
- ¿Cuál era su dolencia?.
- Otro que padecía amor. He tenido unos diez pacientes en lo que va de mes con el mismo problema. Parece que hay una epidemia, últimamente.
Hombre y máquina permanecieron en silencio, quizás reflexionando. Por la ventana abierto se colaban los primeros rayos de sol de la primavera

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