viernes, 14 de diciembre de 2007

Sobre la belleza interior

¿Para qué sirve exactamente la belleza interior? Yo no la he tenido nunca y no me ha ido nada mal en la vida. Y eso que me crié con "La Sirenita" y "La Bella y la Bestia", ambas firmes alegatos en pro de la belleza interior y me traumatizaron en la medida que pueden traumatizarte las películas Disney (que es mucho, pregúntenle a Bambi). ¿Cuántas veces habremos oído eso de "Qué importa que sea imbécil, con ese cuerpo y esa cara"?He llegado a la conclusión que eso que se llama "belleza interior" es un invento de los que somos normalitos para consolarnos. Yo no veo que nadie se gaste los mismos euros en un curso de potenciación de belleza interior que en una operación de pechos. Ni que esté dispuesto. Además, acojona un poco imaginar un mundo repleto de belleza interior: debe ser algo parecido que una reunión parroquial del domingo por la tarde, vamos, aburridísimo. Y seguro que no se liga más. Porque en el fondo es lo que todos nos tememos: la belleza interior no triunfa nada: la otra, no veas lo que cotiza. Ya puedes ser una Rossy de Palma interiormente hablando, que si eres rubia, alta y pechugona lo tendrás mucho más fácil que una mediocre de rebosante belleza interior...que nadie se molestará en descubrir cuando la rubia se ponga por delante. Y es que por algo se vende más el tinte L'Oreal que cualquier libro exceptuando el Códice Da Punci. Yo, por mi parte, me he pasado parte de mi vida buscando tan cacareada belleza del corazón (que diría la señora Potts): pero visto lo visto, me voy a pasar la otra parte en manos de una buena estilista.

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